martes, 14 de febrero de 2012

REGALITOS DE SAN VALENTÍN




El amor de mi vida, ¡qué cursi suena esto! me ha regalado por el día de los enamorados lo que veis en la imagen: una rosa preciosa, Cállame con un beso (yo sí que lo voy a callar a besos pero bien...) y Juliet.
Ya sé que esta idea es propulsada hoy en día por los comercios para sacarle dinero a la gente, ¿pero a quién no le hace ilusión un regalito como este? Porque a mí sí.

Me he dado cuenta que todo el mundo conoce el día de San Valentín (hoy 14 de febrero), pero ¿quién sabe de dónde viene?  ¿Y Cupido? ¿Qué podéis decirme de él? ¿Alguien conoce las historias? Bueno, no os preocupéis, para el que no lo sepa (como yo hasta que no he investigado) os las dejo a continuación para que las leáis.



  Leyenda de Cupido (mi preferida)    


Para los romanos, Cupido era ayudante de su madre Venus, dirigía la fuerza primordial del amor y la llevaba a los mortales. Era pícaro y carismático, pero a veces cruel con sus víctimas, ya que no tenía escrúpulos. A la espalda llevaba dos clases de flechas: unas doradas con plumas de paloma que provocaban un amor instantáneo, y otras de plomo con plumas de búho que provocaban la indiferencia. Consciente del poder que tenia, a veces rechazaba las peticiones de su madre de interferir en el curso de la vida de algunos mortales, así que provocaba frecuentes problemas a los dioses.
Cuenta la leyenda que había un rey que tenía tres hijas de inigualable belleza, entre las cuales destacaba de una forma sobrenatural, casi divina, la más pequeña, Psique se llamaba y era tal su hermosura que los súbditos del reino dejaron de adorar a Venus y proclamaron a Psique diosa de la belleza. Venus no podía tolerar tal humillación y ordenó a su hijo Cupido que hiciera que la joven se enamorase del ser más horroroso que existiera. Pero lejos de cumplir su misión, Cupido quedó perdidamente rendido ante sus encantos; entonces se propuso idear una estrategia para no contrariar a su madre y poder disfrutar del esplendor de Psique al mismo tiempo.
El rey consultó a un oráculo para saber por qué su hermosa hija menor no había encontrado marido como sus hermanas, haciéndose pasar por el oráculo Cupido le ordenó que llevase a Psique a una colina donde se casaría con un monstruoso ser volador. Apesadumbrado, el rey acató las órdenes de los dioses, allí permaneció Psique temblorosa hasta que Céfiro la levantó por los aires hasta dejarla en una maravillosa pradera donde ésta se quedó dormida. Cuando abrió los ojos contempló a lo lejos un palacio que parecía de oro y piedras preciosas, una voz la invitó a entrar y quedó maravillada cuando observó la belleza y el lujo de todas sus salas, se bañó en una bañera de oro, eligió un fantástico vestido del armario, y bajó al comedor atendida por invisibles criados.
Psique temía la aparición del monstruo pero en cambio escuchó una tierna voz perfumada pidiéndole que se acercara, él la acarició en la penumbra, ella se estremeció de placer, entregándose sin condiciones a su esposo. Después de una apasionada noche él le hizo prometer que jamás intentaría saber su identidad, y menos aún ver su rostro, y ella accedió a sus deseos. Aunque era feliz esperando cada día la llegada de su apasionado y misterioso esposo al caer la noche, le pidió que le permitiese visitar a su familia, Cupido no pudo negarse. Psique narró con todo detalle a su padre y a sus hermanas todo lo que le había acontecido, y la felicidad que irradiaba hizo que sus hermanas se murieran de envidia, así que convencieron a su hermana menor para que intentara descubrir la apariencia de su marido. La misma noche que regresó al palacio, Psique esperó a que su esposo estuviese dormido para iluminar su cara, era Cupido, el más bello de los dioses. Pero una gota de cera cayó en su marido, éste se despertó sobresaltado y reprobó la desconfianza de su mujer, desapareciendo como le había advertido.
Psique se marchitó de pena y recorrió toda Grecia en su busca, enloquecida pidió a Venus que la ayudara, y ésta, para consumar su venganza le puso como condición superar unas pruebas; ella aceptó sin preguntar nada. Mientras tanto Cupido estaba encerrado en una torre como castigo por haber traicionado a su madre.
La primera prueba consistía en separar de una montaña de cereales las siete variedades de trigo que existían, que gracias a unas piadosas hormigas logró superar, Luego consiguió, con la ayuda de un águila, coger agua de la inalcanzable laguna Estigia. Amansó a fieras para llegar al trono de Proserpina, reina de las sombras en el infierno, en busca del secreto de su belleza, la reina le ofreció un cofre que contenía un ungüento con el que todo aquel que se impregnara recuperaría la belleza perdida. Antes de entregárselo a Venus, Psique se untó un poco para intentar borrar de su rostro las marcas de tanto sufrimiento, pero en verdad el cofre contenía el espíritu del sueño y ella quedó profundamente dormida. Céfiro le contó a Cupido todo lo que había hecho Psique para recuperarlo, éste consiguió escapar de la prisión y expulsar de Psique el espíritu del sueño, y con un apasionado beso logró despertarla.
Venus reconoció la fuerza inmortal de su amor y los presentó en el Olimpo, donde la joven bebió del néctar y la ambrosía para convertirse en diosa y ser eternamente feliz junto a Cupido.
A partir de la historia de estos dos personajes el amor ha sido simbolizado por dos corazones atravesados por una flecha: la flecha de Cupido.

  Leyenda de San Valentín  


La historia comienza a mediados del siglo III en el Imperio Romano. Los primeros cristianos eran perseguidos y castigados con la pena de muerte, pero eso no impidió que Valentín mantuviese su fe, quedando en la historia como el patrón de los enamorados.
El Imperio estaba en crisis y el emperador Claudio II pensó que los hombres casados rendían mucho menos en el campo de batalla debido al lazo emocional con sus familias, mientras que los solteros sobresalían como los mejores soldados. Por esta razón, Claudio prohibió el matrimonio de soldados.
La noticia no fue bien recibida, y Valentín, un ferviente cristiano que predicaba la palabra de Dios, se dedicó a realizar las ceremonias d los jóvenes enamorados en secreto, para unirlos en sagrado matrimonio, desobedeciendo las reglas del Emperador. En cuanto éste lo supo, Valentín fue apresado, enviado a la cárcel y obligado a renunciar al cristianismo, pero la fe del cristiano se mantenía firme.
Durante las últimas semanas de su vida, su carcelero había visto que Valentín era un hombre de letras y le llevó a su hija Julia para recibir lecciones. Julia era una joven ciega de noble corazón que comenzó a ver el mundo a través de los ojos de Valentín, quien le enseñó además la fuerza de la fe cristiana. Pero Julia sólo deseaba poder ver, por lo que Valentín se arrodilló junto a ella y sostuvo sus manos en una oración. De pronto, una luz brillante iluminó la celda de la prisión y milagrosamente Julia pudo ver.
Antes de ser ejecutado, Valentín le envió una carta a Julia pidiéndole que se mantuviera cerca de Dios y la firmó “De tu Valentín”. El día siguiente, el 14 de febrero del año 270, fue ejecutado cerca de una puerta que luego se llamaría Puerta de Valentín. Su cuerpo descansa en la que es hoy la Iglesia de Praxedes en Roma, donde se dice que Julia plantó un almendro de flores rosadas para su querido Valentín.
Dos siglos después la Iglesia católica recuperó la historia de Valentín para aplacar una tradición pagana entre los fogosos adolescentes y nombró a San Valentín como el patrón de los enamorados. Con el tiempo las cartas y las tarjetas de San Valentín se hicieron populares y adoptaron a Cupido como figura emblemática. Cada 14 de febrero, recordando a San Valentín, los enamorados se envían mensajes de afecto y amor firmando “De tu Valentín”.




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