miércoles, 4 de enero de 2012

¡¡¡PORTADA FINAL CAZADORES DE SOMBRAS 5!!!



Saldrá a la venta en España el 8 de Mayo de 2012


En el libro 5: Ciudad de las almas perdidas, los cazadores de sombras luchan para reconstruir su mundo destrozado por uno de los suyos que los deja tambaleando.
¿Qué os parece la portada? bonita ehhh, a mi me encanta. Qué ganas tengo de que salga ya.


Y además una sorpresita, un adelanto. Aquí os dejo un extracto del comienzo del libro:

<< Simon se levantó y se quedó aturdido en la puerta de su casa. Nunca había conocido otro hogar. Esta fue la casa de sus padres a la que le habían llevado a casa cuando él nació. Había crecido dentro de las paredes de la casa adosada de Brooklyn. Había jugado en la calle bajo la frondosa sombra de los árboles en el verano, y había hecho trineos improvisados ​​con las tapas de la basura en el invierno. En esta casa toda su familia se había sentado shivah (¿?) después de que su padre muriera. Aquí había besado Clary, por primera vez.

Nunca había imaginado que un día la puerta de la casa se cerraría para él. La última vez que había visto a su madre, ella lo había llamado un monstruo y oró para que él se fuera. Él le había hecho olvidar que era un vampiro, con un glamour, pero no sabía cuánto tiempo duraría el glamour. Mientras estaba en el aire frío del otoño, mirando fijamente delante de él, sabía que no había durado bastante.


La puerta estaba cubierta con signos de Estrellas de David salpicados en la pintura, la forma de una incisión en el símbolo de Chai, de la vida. Tefilín se unieron a la perilla de la puerta y aldaba. A hamesh, la mano de Dios, cubiertos por la mirilla.


Aturdido se llevó la mano a la mezuzá de metal colocada en el lado derecho de la puerta. Vio el humo que se elevaba desde el lugar donde su mano tocó el objeto sagrado, pero no sentía nada. No hay dolor. Sólo un terrible vacío, convirtiéndose poco a poco en una rabia fría.
Pateó la parte inferior de la puerta y escuchó el eco por toda la casa. -¡Mamá!-gritó. -Mamá, soy yo!-.

No hubo respuesta, sólo el sonido de los tornillos de la puerta. Su oído sensibilizado había reconocido los pasos de su madre, su respiración, pero no dijo nada. Podía oler el miedo y el pánico acre incluso a través de la madera.
-¡Mamá!-. Su voz se quebró. -Mamá, esto es ridículo! ¡Déjame entrar! Soy yo, Simón!-.

La puerta vibró, como si lo hubiera pateado. "¡Fuera!" Su voz era áspera, irreconocible por el terror. "¡Asesino!"

-Yo no mato a la gente-. Simon apoyó la cabeza contra la puerta. Sabía que probablemente podría derribarla, pero no sería lo correcto. -Te lo dije. Bebo sangre de animales-.

La oyó susurrar en voz baja, varias palabras en hebreo. -Tú mataste a mi hijo-, dijo. -Tú lo mataste y pusiste un monstruo en su lugar-.

-Yo soy tu hijo-

-Tú usas su cara y hablas con su voz, pero no lo eres! No eres Simón!-. Su voz se elevó a casi un grito. -Aléjate de mi casa antes de matarte, monstruo!-.

-Becky-, dijo. Su rostro estaba mojado, él levantó las manos para tocarlo, y salieron manchados: Sus lágrimas eran de sangre. -¿Qué fue lo que te dije Becky?-.

-Manténte alejado de su hermana-. Simon escuchó un estruendo dentro de la casa, como si algo hubiera sido derribado.

-Mamá-, dijo de nuevo, pero esta vez su voz no se elevó. Salió como un susurro ronco. Su mano había comenzado a palpitar. -Tengo que saberlo... ¿Está Becky aquí? Mamá, abra la puerta. Por favor-.

-¡Mantente alejado de Becky!- Ella fue alejándose de la puerta, podía oírlo. Luego vino el grito inconfundible de la puerta de la cocina al abrirse, el crujido del linóleo, mientras caminaba en él. El sonido de un cajón que se abre. De repente, se imaginó a su madre agarrando uno de los cuchillos. -Antes de que te mate, monstruo-.

La idea le echó hacia atrás sobre sus talones. Si ella le ataca a él, la marca se levantaría. La destruiría como había destruido Lilith.

Bajó la mano y retrocedió lentamente, tropezando por las escaleras ya través de la acera, fue a buscar un tronco de uno de los grandes árboles que daban sombra a la manzana. Él se quedó donde estaba, mirando a la puerta de su casa, marcada y desfigurada con los símbolos de odio de su madre para él.
"No", se recordó. "Ella no me odiaba. Ella pensó que estaba muerto. Lo que odiaba era algo que no existía. Yo no soy lo que ella dice que yo soy."
No sabía cuánto tiempo hubiera estado allí, mirando, si su teléfono no hubiera comenzado a sonar, vibramdo el bolsillo de su chaqueta.
Alargó la mano hacia ella reflexivamente, dándose cuenta de que el patrón de la parte delantera de las estrellas mezuzá-enclavados de David, estaba marcado en la palma de su mano. Él cambió de mano y puso el teléfono en su oído. -¿Hola?-.
-¡Simón?- Era Clary. Se escuchaba el aliento. -¿Dónde estás?-.

-En casa-, dijo, e hizo una pausa. -La casa de mi madre-, cambió. Su voz sonaba hueca y distante a sus propios oídos. -¿Por qué no estás de vuelta en el Instituto? ¿Están todos bien?-.

-De eso se trata-, dijo. -Justo después de que te fueras, Maryse volvió a bajar de la azotea, donde Jace se suponía que estaba esperando. No había nadie allí-.
Simon se movió. Sin llegar a darse cuenta de que estaba haciendo, al igual que una muñeca mecánica, comenzó a caminar por la calle, hacia la estación de metro. -¿Qué quieres decir, no había nadie allí?-.

-Jace se había ido-, dijo ella, y podía oír la tensión en su voz. -Y también Sebastián-.

Simon se detuvo a la sombra de un árbol desnudo de ramas. "Pero él estaba muerto. Está muerto, Clary-"

-Entonces dime por qué él no está allí, porque lo está- dijo, su voz finalmente rota. -No hay nada allí, pero hay una gran cantidad de sangre y vidrios rotos. Los dos se han ido, Simon. Jace se ha ido....-. >>

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